COMPAÑIA NACIONAL DE DANZA
La influencia del Ballet Clásico se ha expandido por todo el mundo desde hace ya mucho tiempo, México no ha sido la excepción.
Existe la Compañia Nacional de Danza que es la agrupación de ballet clásico más representativa a nivel nacional, tanto por su conformación, las dimensiones de la misma y su repertorio; representa a México con lo mejor de la danza, tanto clásica como contemporánea.
Los orígenes de la Compañía Nacional de Danza se remontan a 1963 cuando se creó –por iniciativa de Celestino Gorostiza, titular en ese entonces del Instituto Nacional de Bellas Artes– el Ballet Clásico de México al fusionar a dos grupos independientes: Ballet Concierto, dirigido por Felipe Segura, y Ballet de Cámara, por Nellie Happee y Tulio de la Rosa.
Esta aleación de géneros –clásico, neoclásico y contemporáneo– surgió por la necesidad de contar con una agrupación estable de ballet, representativa de México, para rescatar el repertorio de la época de oro de la danza mexicana y el trabajo de ballets clásicos y neoclásicos. A lo anterior se sumó la voluntad de apoyar la labor de grandes bailarines, maestros mexicanos con formación clásica, coreógrafos y diversos creativos alrededor de la danza.
La primera función del Ballet Clásico de México, como se llamó inicialmente la compañía, fue todo un acontecimiento en la vida artística y cultural de México: por fin se había dado reconocimiento oficial a la danza clásica que se venía haciendo en el país con tanto esfuerzo.
En sus primeros 10 años personalidades de prestigio internacional del género clásico estuvieron al frente de la agrupación, entre ellos Ana Mérida, Felipe Segura, Enrique Martínez, Tulio de la Rosa, Michael Lland, Clementina Otero, Víctor Moreno, Miro Zolán, Job Sanders, quienes trabajaron para consolidar la técnica clásica, así como para integrar y ampliar el repertorio con obras clásicas internacionales y nuevas creaciones de coreógrafos mexicanos.
Hacía 1974 se consolidaran las bases necesarias para conformar una gran compañía, de ahí el cambio de nombre por Compañía Nacional de Danza, el cual se instituyó por decreto presidencial el 2 de septiembre de 1977. Esta labor fue ideada y desarrollada por Salvador Vázquez Araujo, quien propuso la asesoría cubana y la fundación del Sistema Nacional para la Enseñanza Profesional de la Danza con la intención de formar bailarines de ballet con toda la base académica, entre otras actividades.
Guillermo Arriaga, Patricia Aulestia, Susana Benavides, Nellie Happee, Carlos López, Ignacio Toscano, Fernando Alonso, Ricardo Calderón, Horacio Lecona, Cuauhtémoc Nájera, Dariusz Blajer y la actual directora Sylvie Reynaud son algunas de las personalidades de la danza que han continuado dirigiendo y enriqueciendo, con sus propuestas e ideas, a la agrupación.
El crecimiento artístico de la compañía ha tenido diferentes cauces, pues se nutre de fuentes varias, la combinación de ellas y un estilo más latino, interpretando y reinterpretando la escultura del movimiento. Así, con los sentidos abiertos a lo que sucede en su entorno y asimilando los lenguajes más diversos, la compañía busca y se perfecciona, al reafirmar su esencia clásica y probar su habilidad hacia lo neoclásico y contemporáneo. La disciplina y la exigencia en el entrenamiento de sus miembros, así lo permiten.
A lo anterior se suma la creación de propuestas que generan montajes que se han vuelto una gran tradición en México, o espectáculos interdisciplinarios que cada vez que se presentan son un éxito total, o buscar espacios alternativos, o llevar el ballet a la calle, o simplemente por fomentar el gusto por la danza.
Si bien el Palacio de Bellas Artes es la sede de la compañía, ésta ofrece funciones en el interior del país y allende fronteras con lo mejor de la danza universal, ante públicos de todas las edades y en escenarios de diferentes magnitudes, obteniendo siempre elogiosas críticas por parte de espectadores y críticos.
PRIMEROS BAILARINES
Sandra Barcenas y Raúl Fernández
Esta pareja ha sido una de las más exitosas de la compañia, han protagonizado casi todo el repertorio de la compañia y son los consentidos por el público que asiste a cada una de las temporadas de dicho exponente.